LA HISTORIA CONTADA POR EL ADN

LA HISTORIA CONTADA POR EL ADN

El enigmático origen de los quechuas lamistas, etnia amazónica con elementos idiomáticos y culturales propios de la sierra, ha sido resuelto por especialistas del Centro de Investigación de Genética y Biología Molecular de nuestra Facultad de Medicina Humana.

La historia se estaba contando mal. Durante años se dijo que la población quechua lamista, presente en la selva peruana, descendía de un acto de resistencia. El relato era el siguiente: los aguerridos combatientes chankas y pokras, en su afán por mantenerse al margen del dominio incaico, habrían migrado desde la sierra hasta las zonas que hoy ocupa el departamento de San Martín. De ahí se explicaría que los quechuas lamistas de la actualidad, pese a habitar en la Amazonía, muestren ciertas características andinas, como la adopción del quechua como idioma nativo y el uso de vestimentas con detalles típicos de la sierra.

La premisa sonaba convincente. Sin embargo, la realidad era distinta. Así lo dio a conocer, en un estudio publicado en la revista científica Annals of Human Genetics, el Centro de Investigación de Genética y Biología Molecular (CIGBM), fundado en 1996 por el doctor FrankLizaraso Caparó, decano de la Facultad de Medicina Humana. “Queríamos desvelar el perfil genético de los quechuas lamistas, para saber de dónde provienen”, explica el doctor José Sandoval, primer autor del artículo.

La verdad a la luz

Para cumplir con este objetivo, primero se obtuvieron los perfiles genéticos de varios miembros de la etnia quechua lamista. Después, los compararon con muestras de los indígenas provenientes de Andahuaylas y Huancavelica (localidades de los chankas y pokras), de los nativos de Ecuador y Bolivia y de habitantes de zonas amazónicas. “De esta forma, hemos comprobado científicamente que una mayoría de quechuas lamistas son de ascendencia amazónica”, revela el doctor Sandoval.

Estos resultados confirman una hipótesis menos difundida, pero narrada por los cronistas de la Colonia: que las enigmáticas características de la comunidad quechua lamista se deben a un práctico mecanismo de evangelización. “Para facilitar su trabajo misionero, desde el siglo XVII los jesuitas y franciscanos juntaron en un mismo bloque a varios pueblos, entre ellos el antiguo lamista de la selva, a los cuales se les impuso el quechua de Quito como idioma”, aclara el doctor Ricardo Fujita, responsable del CIGBM. Después añade: “Así se cambie la historia oral o escrita, las palabras del ADN son las que dicen la verdad”. Misterio resuelto.